Jamón ibérico y vino para tu dieta
Dieta del vino y el jamón ibérico
¿Puede haber algo más exquisito y saludable que el vino tinto y el jamón ibérico?. Estos dos alimentos tan españoles forman parte de una dieta de adelgazamiento.
Dieta del vino tinto y jamón ibérico
El especialista Rubén Bravo, naturópata experto en Nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, ha elaborado una dieta basada en el jamón ibérico y el vino tinto «buena para el paladar y buena para el corazón», que permite perder entre 4 y 6 kilos en 4 semanas, dependiendo de la composición corporal, sexo y la actividad física de la persona, pero lo más importante es «que van a comer variado y que todos los días van a tomar vino y jamón».
Tomados con moderación y dentro de una tabla de alimentos compatibles, el jamón ibérico y el vino tinto son dos productos que, más allá de su sabor, tienen otras muchas cualidades beneficiosas para el corazón por su efecto cardiovascular «previenen enfermedades y favorecen que los factores de medición de algunas enfermedades mejores», destaca Rubén Bravo.
Según algunos estudios, 9 de cada 10 españoles acostumbran a comer jamón ibérico en el hogar. Los momentos de consumo más habituales para este producto son el aperitivo y la cena, ya que suele asociarse a un entorno distendido. Unas cuantas lonchas al día de este producto son la «fuente perfecta de hierro y vitaminas del grupo B», tan necesarias para el «correcto funcionamiento del sistema nervioso, el cerebro y para mantener la masa muscular».
Según los estudios del profesor José E. Campillo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura, comer diariamente 120 gramos de jamón diariamente «disminuye significativamente el colesterol y los triglicéridos» gracias a su bajo contenido en grasas saturadas, un alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y una tasa de colesterol inferior a la de carnes magras como la del pollo o el pavo o la de algunos pescados como la merluza o el bacalao.
Según la Federación Española del Vino y un estudio monográfico sobre carne y embutidos del Ministerio de Medio Ambiente, un español consume una media de 3,2 kilogramos y de jamón y 21 litros de vino al año, por lo que prohibir la ingesta de estos alimentos, tan presentes en los actos sociales, acaba llevando al «rechazo de la dieta», a dejarla antes de tiempo o, incluso, a un posterior -y nada deseado- «efecto rebote».
El especialista recomienda seguir ese refrán español que tan bien se adapta a las últimas tendencias de la bionutrición: «desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un méndigo».